¿QUÉ HUBO?
WHAT HAPPENED?

LA ESPERA / KARLA BUZO THE WAIT / KARLA BUZO  LA ESPERA / KARLA BUZO

31 de AGO al 30 de sep 2022
MUSEO DE BELLAS ARTES DE SALTA
BELGRANO 992, SALTA

 

Yo no estudio las cosas ni pretendo entenderlas.
Las reconozco, es cierto, pues antes viví en ellas.
Converso con las hojas en medio de los montes
Y me dan sus mensajes las raíces secretas.

Tiempo Del Hombre, Atahualpa Yupanqui.

Cuánta potencia adquiere una artista sensible como Karla Buzo, cuando en sus decisiones de búsqueda elige escaparse de la Capital para habitar los Valles Calchaquíes. Quizá en esta serie de decisiones, la más trascendente o la más radical, sea abrazar continuamente materiales y técnicas vinculadas a prácticas ancestrales e incorporarlas a un discurso y a un hacer contemporáneos. Técnicas que durante siglos sólo estuvieron circunscritas a ámbitos domésticos, a cultivos que permitían la sustentabilidad, a artesanías, a oficios. Al utilizar estas técnicas en su labor las resignifica, dando un resultado muy diferente al tradicional, con gestos, guiños, con esa inconformidad y esa obsesión que sólo profundiza y capitaliza el arte.

Sembrar lino o trigo en comunidad, investigar el proceso, experimentar, escuchar a la tierra y respetarla, hace que cada una de sus piezas dé cuenta también de todo esto. Sus tejidos, sus adobes con fibra, sus papeles hablan de la tierra donde se plantó la semilla hasta del proceso de producción y cómo funciona esa economía familiar. Valiéndose del objeto producido para hablar de esto, imprime a los materiales de la región la transformación como posibilidad.

Lo textil está inevitablemente relacionado al clima y al territorio. Y el territorio evoca paisajes y el paisaje aparece tácito en sus piezas. Puedo ver cómo el particular empleo de recursos matéricos además de establecer nuevos lenguajes estéticos, permite un papel en el activismo social, como importante herramienta que da continuidad a mensajes transmitidos por siglos.

Textil, textura, texto, contexto suenan muy similares entre sí y es debido a que todas estas palabras provienen del vocablo texere, que significa tejer. La definición de esta palabra incluye tanto el sentido literal como el sentido figurado de componer a base de cosas intangibles, ya sea palabras, pensamientos, ideas y crear algo con una estructura legible con sentido lógico. Así el tejer ya no implica el sentido literal, más bien es la forma de entrelazar varias piezas para formar un todo coherente y con estructura. Es así como nos encontramos sumergidos en un mar completo de tejido donde todo tiene que ver con todo. La ductilidad de la fibra permite el juego de lo antagónico, la coexistencia de lo duro y lo blando, lo rígido y lo flexible, lo preciso y lo desvanecido. El material elegido responde a una idea filosófica: para un arte de incertidumbres se utiliza un material incierto. Las formas híbridas emergentes exploran la polisemia de las interdisciplinas, son una mezcla de medios quizás contradictorios, en un juego de relación constante con lo diferente, con la otredad, pero la identidad propia resiste su significado final.

Creo que quizá lo más frecuente en el obrar de Karla sea la espera. Una espera muy presente en la vida de los habitantes del norte argentino. Esta costumbre norteña de esperar sin saber nunca qué ni cuándo le ha permitido tramar todos estos trabajos que van desde la semilla a la fibra, de los surcos al adobe, de lo particular a lo universal, del trabajo arduo del campo a la poesía.

Hugo Albrieu. La Rioja, agosto de 2022.

SOY ANILLO AHORA / SOLEDAD DAHBAR I AM RING NOW / SOLEDAD DAHBAR  SOY ANILLO AHORA / SOLEDAD DAHBAR

9 JUN 2022 al 1º de AGO 2022
MIRANDA BOSCH GALERÍA
Montevideo 1723, Buenos Aires

Todas las cosas -y me refiero a todas, el grifo y la rueda, las gafas y el tabaco, los vasos y los satélites, la música y la escritura, cuantas quieras imaginar-, antes de pasar a su uso civil fueron probadas en alguna guerra. Todo objeto es la resaca material de una sangrienta contienda.
El libro de los amores, Agustín Fernández Mallo

La domesticación de los metales que nos antecede en miles de años, nos ha hecho olvidar cuál es su forma por fuera de las manipulaciones que responden al útil. Su dominación (la del cobre y el bronce en los verdaderos inicios) significó cambios profundos en la capacidad de reinvención y transformación de las sociedades y las culturas. Es un hecho que muchas esculturas antiguas en metal no han sobrevivido a las invasiones, mientras su forma se copió en piedra, el metal se fundió para devenir arma, moneda o herramienta. Facón, guita, biyuya, lana, gamba, luca, martillo.

Así como el metal toma diversas apariencias, materialidades y cuerpos, el modo de nombrar al dinero, vil metal, y a las armas y herramientas se estira por los recovecos más imaginativos y velados del lenguaje. Chumbo, tarasca, fierro, morlaco. La metáfora, en su retórica de acercarnos a las cosas alejándonos, cobra una forma específica en el argot popular. Nombrar al dinero se vuelve una multiplicidad de sinónimos y referencias que parece velar su lugar en una sociedad signada por la explotación y la acumulación.

Podríamos suponer que la materia, muda, inerte e imperecedera, no se manifiesta sino bajo las elucubraciones del lenguaje, las inclemencias de su manipulación y los vestigios del tiempo. Seguramente algunos de esos vestigios, memoria en la materia, estén aquí presentes bajo la forma de un triángulo o de un anillo, que otrora fuera objeto de dominación. Luca, cuetaso, palo, gamba, moneda.

El conjunto de formas reunidas en la exposición proviene de un paisaje donde no hay una línea recta horizontal sino una vertical ascendente y perpetua, territorio que contiene los materiales que hoy están presentes en la sala. ¿Qué puede decirnos el mundo, que no nos haya dicho ya una montaña? Figura monumental, aunque frágil, que no puede resistirse a la explotación, a que calen en la intimidad de su materia para saquear alguna pizca de metal. Cada porción de materia, aunque mínima, contiene el vestigio, no tanto, o no sólo, de su origen como lugar, sino del acontecimiento de salir a la luz en un acto de violencia, de expulsión, de exilio. El resabio de ese combate endémico inunda incluso a las formas más limpias, objetivas, geométricas, incluso a esa zona franca que es el lenguaje del arte.

Triángulo, círculo, cuadrado. La filiación con la abstracción es al mismo tiempo elección estética y excusa para hablar a la materia y decir la historia, exponer sus cualidades y sugerir sus usos pretéritos. La obra de Soledad Dahbar contiene el sentido memorioso de la materia en la geometría simple, básica y primaria. A través de la cual intenta llevar a la forma a su grado cero y mostrarse por fuera del significante de la forma. La materia está, entonces, detenida en esta forma, ahora.

El epígrafe de Fernández Mallo contiene al epitafio de Walter Benjamin: No hay documento de cultura, que no sea a la vez documento de barbarie. Esta frase que pertenece a Tesis sobre el concepto de historia (1940), grabada sobre piedra como epitafio convierte a su muerte (suicidio forzado en 1940) en uno de esas evidencias de la barbarie. Las breves entradas de las tesis escritas como cápsulas de tiempo, compresión de ideas, anudamiento de tiempo, sentencian la indivisibilidad no sólo entre la cultura y la barbarie, sino también, y fundamentalmente, de la potencia ambigua de todo documento, de todo objeto: testigo mudo del tiempo que puede desafiar a un designio y nombrarse joya, ornamento, figura, reflejo.

Las obras desbordan su propia espacialidad y contienen a la multiplicidad en el reflejo, la duplicación y la reversibilidad. Las piezas proyectuales problematizan el espacio a través de las propias cualidades que ofrecen los materiales. Arman otra dimensión entre el deseo y el espejismo. Estos movimientos hacen de la exposición un ensayo sobre la contingencia, donde los materiales (metal, piedra, pigmento) mutan hacia una forma simbólica de la explotación y la apropiación signada por su valor de uso e intercambio. La memoria en la materia es anillo y el metal cae en la forma de círculo, libro, visor, cadena, ahora.

Clarisa Appendino

ESCRITURAS / SOLEDAD SÁNCHEZ GOLDAR SCRIPTURES / SOLEDAD SÁNCHEZ GOLDAR  ESCRITURAS / SOLEDAD SÁNCHEZ GOLDAR

9 dic 2021 al 24 de feb 2022
LA ARTE CONTEMPORáNEA
BRIZO HOTEL SALTA

Testigo del dolor. Las palabras se agolpan en la boca. ¿Qué decir? ¿Qué gestos? Lo no dicho se queda en la punta de la lengua.Así pasan los años y las décadas. En el silencio de las palabras incorrectas. Me interesa ese silencio. Lo no dicho. Un brazo sobre el hombro y una sonrisa entre lágrimas. Toda posibilidad de decir se diluye.

Desde mis 19 años que hago acciones, que el cuerpo habla. Me gusta ese mundo de los pequeños gestos que acarician, que dicen mucho sin decir, que dan cuenta de una precariedad para encontrar aquellas palabras justas que siempre van a ser insuficientes.

Soledad Sánchez Goldar

PROBLEMAS IRRESUELTOS / SOLEDAD DAHBAR UNSOLVED PROBLEMS / SOLEDAD DAHBAR PROBLEMAS IRRESUELTOS / SOLEDAD DAHBAR

AGOSTO / SEPTIEMBRE 2019
MAC MUSEO DE ARTE CONTEMPORANEO DE SALTA

¿De qué está hecha una forma?

Un grupo de formas tomando posición podrían dar como primera imagen un montaje en el espacio, un lugar ocupado a partir de una decisión, una autonomía, un acto volitivo. Si sumamos que esas formas son tres figuras geométricas (simples): un triángulo, un cuadrado y un círculo, se añade a su toma de posición otro elemento significante, y esa(s) significancia(s) no estaría sujeta ya tan sólo a su voluntad, sino también a lo que sobre ellas se deposita. Si comenzamos a recorrer junto con ellas el lugar donde se encuentran, hallamos que en su acto de autonomía habita también una invitación a dar cuenta de un  territorio.

Un triángulo podría torcer las lógicas binarias del mundo, podría ser un llamado al silencio o un camino a la fuga; un círculo podría recordar la construcción del tiempo, podría ser un grito colectivo o podría escurrirse entre tanta connotación; un cuadrado podría ser el encuentro entre la quietud y el movimiento, un reencuadre sin adentro ni afuera, una fosa de donde sacar sal. Una habitación en la cual se evidencia el paso de la oscuridad a la luz (o viceversa) podría ser un antiguo túnel o un espejo invertido; un vidrio roto podría ser un accidente, una huella o un gesto intencionado. Todo lo dicho anteriormente podría ser un conjunto de situaciones explicitando sus potencialidades o una insistente manifestación que resiste pese a todo. 

Soledad Dahbar, artista y gestora salteña, a partir de una persistente investigación, asume el gesto de la significancia y, con las herramientas precisas, avanza en la exploración de un territorio donde las formas y su materialidad nos sumergen en una experiencia sensible en la que resuenan preguntas, no necesariamente como respuestas: ¿De qué está hecha una forma? ¿Qué produce el brillo en un triángulo o la oscuridad en un círculo? ¿De dónde derivan esos amarillos y cobrizos? ¿De qué está compuesto un espejo? ¿Cuánto resiste un vidrio a un golpe? 

Problemas irresueltos, título que recupera tangencialmente aquella faceta minera de la artista salteña Lola Mora (quien con la misma convicción arremetió en la búsqueda de combustibles hasta sus últimas consecuencias), vuelve a poner la mirada sobre los procedimientos como un lugar donde evidenciar los fines, transformando, en esa situacionalidad deliberada, el espacio en un lugar de resonancias.

Guillermina Mongan

What is a shape made of?

A group of shapes taking position could give us as a first picture a mounting in space, an occupied place created by a decision, an autonomy, a deliberated act. If those would be simple geometrical shapes: a triangle, a square and a circle, it adds to this taking of position, another significant element, and that significance – or significances – wouldn’t be now held only to their will, but also to what it is deposited on them.  If we start going over with them the place in which they are located, we will find that in this deliberated act, there is also an invitation to take count of a territory. 

A triangle could twist the binary logics of the world, it could be a call to silence, or a way to escape; a circle could remind us of the construction of time, it could be a collective outcry, or it could slip away between so much connotation; a square could be the encounter between the stillness and the movement, a reframe with no inside or outside, a pit to get salt from. A room where you can see the path from darkness to light (or vice versa) could be an old tunnel or an inverted mirror; a broken glass could be an accident, a footprint or a deliberated gesture. All of the above, could be a group of situations specifying their potential or a persistent manifestation that resists above all. 

 

Soledad Dahbar, an artist and salteñan manager, based on a insistent investigation, takes the gesture of significance and, with the correct tools, goes forward in the exploration of a territory where shapes and their substance immerse us in a sensitive experience in which they echo different questions, not necessarily as answers: What is a shape made of? What does the brightness in a triangle or the darkness in a circle produce? Where do those yellow and copper colours come from? What is a mirror made of? How much does a glass resist a blow?

Unsolved problems, the title that gets back tangentially that miner side of the salteñan artist Lola Mora (whom with the same conviction lashed out against the search of fuels until the last consequences), puts back the focus on the procedures as a place where to find the purpose, transforming, in that deliberated situation, the space into a place of echoing.  

Guillermina Mongan

20 julio 2019 al 8 de Sep 2010
centro de exposiciones de arte contemporáneo
Cazona de los olivera

DEJARSE CRECER LAS UÑAS Y EL CABELLO / FLORENCIA BLANCO GROWING OUT NAILS AND HAIR / FLORENCIA BLANCO DEJARSE CRECER LAS UÑAS Y EL CABELLO / FLORENCIA BLANCO

Florencia Blanco participa de la muestra Sobrenatural curada por Laura Romano que inaugura el sábado 20 de julio en la Casona de los Olivera.

Dejarse crecer las uñas y el cabello es el título de la serie que Blanco presenta y que aborda la fiesta de Alasitas como ritual de consciencia y materialización de los deseos a través de la caracterización en miniatura de los mismos.

Florencia Blanco es fotógrafa y docente, a partir de 1997 trabaja en ensayos fotográficos que regularmente expone en Argentina y el extranjero, entre sus proyectos fotográficos destacan las series Salteños y Fotos al Óleo, exhibida esta última en la muestra Fotografía Argentina 1850-2010: Contradicción y continuidad en el Museo J. Paul Getty de Los Ángeles, USA, en 2017 y en Fundación Proa en 2018.

La exhibición podrá visitarse hasta el día 8 de septiembre de martes a viernes de 14 a 18 hs y los fines de semana de 14 a 19 hs en la Casona de los Olivera, Directorio y Lacarra, Parque Avellaneda, CABA, Argentina.